Ivarreche (o “ibarretxe”) insulta a España, a su Gobierno y a sus ciudadanos

El presidente autonómico vasco ha dejado hace mucho de ser noticia, hasta los suyos le tienen escondido y prefieren que no se deje ver. Pero "la cabra p'al monte tira", así que el buen aldeanito que lleva dentro le pide de vez en cuando salir a la palestra.
Ayer recibió en el palacete vitoriano conocido por “Ajuria Enea”, en el que vive de prestado, y cada vez más en precario, a un representante del Dalai Lama, y vio la ocasión de dar un titular para los periódicos de hoy. Aquí tienen su graznido:
"Ivarreche (o "ibarretxe") dice que respeta a España lo mismo que el Dalai Lama a China"

"El lendaccary (o "lehendakari") ve «increíble que pueblos grandes tengan miedo de otros pequeñitos como el tibetano o el vasco"
¡Qué torpeza la de Juanjosechu!, comparar a la democracia de España con la feroz dictadura comunista de China, y, además, qué estupidez, la de meter en medio de la comparación al Dalai Lama, como parte fundamental del silogismo y como elemento legitimador de su exabrupto (¡que falta de educación para con el Dalai Lama!).
No sabemos a quien pretenderá engañar el lendaccary, ha intentado dedicar a España un insulto versallesco, pero se ha quedado en una estupidez aldeana.
Si España como Nación tratara a esta región como China trata al Tibet, no existirían ni lendaccarys ni ivarreches, y de existir, estarían en el exilio (como el Dalai Lama), en la cárcel o en un camposanto dentro de una caja de madera de pino barato.
Es más, en China ven la figura del Dalai Lama como la de un conspirador que está detrás de todas las revueltas en el Tibet, y las de los tibetanos en cualquier parte del mundo, ¿pretende Juansosechu asumir también el equivalente a esa imagen en el resto de España?.
Ivarreche parece que va de aldeano ilustrado y realmente está haciendo un papelón muy poco digno; no respeta a España, es una auténtica afrenta que nos compare con un régimen dictatorial como el instalado en Pekín.

Ivarreche, si aun te queda un poco de sentido, ¡rectifica, que aún esta a tiempo!.