China es una gran potencia económica mundial que, hasta el momento, ha dedicado toda su energía al desarrollo y crecimiento interno, por cierto, a un ritmo superior al 10% anual en los últimos años.
El paso a convertirse en un nuevo gendarme en el mundo esta ya muy próximo; los Juegos Olímpicos de Pekín supusieron su lanzamiento mediático (incluso con trampas y manipulaciones pueriles, como el play back de la guapa y falsa niña cantora, más atractiva que quien sólo ponía la voz), pura propaganda del régimen comunista.
Y ya están en otra operación propagandística: los jerarcas maoístas chinos han decidido intervenir militarmente a sangre y fuego contra los piratas somalíes en el océano Índico, una preocupación de todas las naciones del orbe, a las que ha gustado la aparente contundencia china, frente a la respuesta meliflua de la U. E. y de Estados Unidos, y no digamos frenta a la respuesta "zapatera", que consistió en plegarse al chantaje y pagar un rescate de más de un millón de euros para la liberación del pesquero vasco "Baquio Beach" ... frente a esta tibieza o incluso cobardía, en los chinos se adivina contundencia y el deseo de ganarse el respeto y la simpatía del mundo.
Los chinos mandarán a pique a cañonazos a cualquier embarcación en la que se adivine un AK-47 o un lanzagranadas (que no bazooka) asomando por cubierta ... a partir de ahí, la bandera pirata se sobreentenderá. Y no se van a andar con chiquitas, la oficialidad y marinería de la Armada China carecen de los frenos políticos, jurídicos y morales propios de los regímenes democráticos de Occidente y además ¡no hay cuartel para la piratería!.
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