miércoles, 22 de diciembre de 2010

La lluvia de ayer en Bilbao deslució la fiesta de disfraces de aldeano

Ayer la lluvia vino a salvar a Bilbao de unos de sus días más negros de cada año; el día en el que la impostura nacionalista alcanza el cenit; el día en que todos los epígonos de Sabino Policarpo Arana Goiri se ven reconocidos ante el ideal del viejo fundador del NaCismo vascongado: un bucólico paisito rural, lleno de caseríos y de aldeanos, "ajeno a la industrialización que sólo nos trajo desgracia y maketos".
Ayer llovió mucho en Bilbao y, por esa razón, los disfraces de aldeano brillaron por su ausencia, con alguna excepción, como la de la imagen.

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