Toda
la vida comiendo (y no poco, y no mal) del erario público, y el muy tarugo
sigue con sus obsesiones.
¡A
saber donde estará este cantamañanas dentro de seis años!.
Y, sobre todo, ¿quién le va a echar en falta cuando se
convierta en un simple gorrón “trincando” (¡porque seguirá trincando!)de las instituciones?.
¡Que tontería! ¡Pues que no acuda si no quiere! ¿Que pretende decir con eso? Yo tampoco voy a ir porque no me gusta el fútbol.
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