No queremos ser irreverentes ni hacia la una ni hacia la otra, no haremos lo que hizo el Gran (¿?) Wyoming con la ministra; esperamos que ninguna de las dos se sienta ofendida, porque las comparanzas son siempre odiosas (¡para la parte perjudicada!, que no para la otra). Por cierto, agradecemos su deferencia al amable lector que nos ha enviado la cosa.
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