Este
pasado miércoles la Guardia Civil asestó al “prousés” un golpe que puede resultar definitivo: incautó abundante
material y detuvo a una docenita de políticos próximos al Vice-presi
separatista, Herr Junqueras, en los
locales de la Consejería de Economía (que también detenta el nen), además detuvo a dos jefecillos de
empresas que estaban confeccionando material para la jornada proscrita del 1-O.
Sin
embargo, el canalla de Junqueras, y otra gentuza de su entorno, llamó a la
rebelión pacífica, cuyo resultado fue bloquear durante el resto del día y toda
la noche a los agentes de la Benemérita que estuvieron realizando el registro
judicial de la Consejería, pero no sólo eso, asaltaron, destrozaron y saquearon 3 coches del Instituto policial,
al parecer incluyendo el robo del armamento.
No
se trató, en definitiva, de una conducta pacífica, sino muy violenta, que contó,
entre otras complicidades, con la pasividad de los “mocetes” (y “mocetas”, of course) de Escuadra, que es el cuerpo
policial competente para mantener el orden público en la calle, y facilitar la
labor de la Guardia Civil (como también ocurre en las Vascongadas con la
Policía Autonómica vasca), o sea, que al menos la reparación o la reposición de
los vehículos la deberá pagar la Generalidad.
Aquí solo queremos, de momento, dejar constancia de la barbarie de los
amigos de Junqueras y su partido, y del partido
“hermano”, o sea la macarrada
de las CUP.
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