Parece que los vajcos estamos curados de papanatas y de caudillitos de aldea,
tuvimos akí nuestra época negra con
el tal Ivarreche, y no parece que nadie tenga ganas de repetir la experiencia.
Y, además, ya hemos perdido todos la virginidad
en eso del artículo 155, del que sabemos al menos dos cosas: que se aplica
sin problemas, y que es efectivo.
Así
que, hasta los más recalcitrantes NaZionalistas vascos prefieren abstenerse de participar
en nuevas aventuras y, por el contrario, apuestan por consolidar lo que ya tienen, que es mucho,
que les va bien y que les permite permanecer bien agazapados (mientras
engordan) a la espera de tiempos más favorables.
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