Las
dos imágenes que ponemos hoy son patéticas … en la de arriba (que tendrá unos
quince años), la casta Susana está implorando con los ojos al torero Fran
Rivera un “quelque chose”, o asín,
aunque parece que no se le arregló, que el maestro, que el matador, “pasó” de
ella, y no le tocó ni un solo pelo (muy moreno, por cierto).
En la de abajo, la señá Susana, la jefa de la pezoe, anunciando al orbe este pasado
lunes, que disuelve el parlamento regional y convoca elecciones autonómicas en
Andalucía para el 2 de diciembre de 2018.
Parece
que la presidenta quiere huir de la quema: de la sentencia del juicio de la
gigantesca corrupción en su región, con docenas de altos cargos en el banquillo
de los acusados, incluidos dos predecesores suyos (Chaves y Griñán), que han
robado a manos llenas el dinero destinado a los parados (¡y es la región que
más alto paro tiene de toda Europa!), o se lo han gastado de la forma más
innoble, que incluye la compra de droga o cientos de miles de euros gastados en
orgías con prostitutas.
Este es el legado, pero también el presente, de la política en la Andalucía
de la casta Susana.
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