El
“coleta morada”, que se hace acompañar siempre por la tía con la que se acuesta
(recuerden a la anterior, la Tania Sánchez), es el colmo de la indecencia política;
ha traicionado en la práctica y en su comportamiento diario a todo lo que
anunciaba, defendía y se comprometía … nadie se fía ya de él.
Los
mejores pronósticos que se han hecho en esta última semana le dan a “Podemos”
(al margen de la chorrada esa de “unidas podemos”) la misma relevancia política
inmediata que tenía Izquierda Unida, o sea, ná
de ná.
¿Y
por qué no dimite(n) y se marcha (n) los dos jefecillos de la cosa, él y ella?.
Por dos motivos: porque los estalinistas no dimiten y porque su aventura
personal de éxito y dinero se acabaría de la misma. ¿Cómo podrían pagar el crédito
bancario del casoplón valorado en un millón y medio de euros?.
Al final la historia de esa gente es una historia de ambición, de egos,
de poder y de dinero.
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