Posí, el tradicional mercado agrícola en vísperas de Navidad, el
que celebra en El Arenal, que es la antesala del Casco Viejo de Bilbao, ya no
es lo que era; hasta no ha mucho se caracterizaba porque el agro vasco,¡vamos
los aldeanos de toda la vida!, se venían de todos los caseríos de los alrededores
de Bilbao, de toda la provincia de Vizcaya vender sus productos a la capital;
desde pollos y conejos hasta alubias.
Ya no, apenas quedan agricultores
que hagan esa faena, la práctica totalidad de las casetas tiene el mismo
aspecto, y se lo transfieren a todo el entorno, que el ambiente comparsero de
las fiestas de la Semana Grande de Bilbao, en pleno agosto.
Es decir, un lugar para
beber sin control, y comer algo, que suele ser una torta hecha con harina de
maíz que envuelve chorizo, bacon, lomo o similar … Y esto desde media mañana
hasta hasta horas de la madrugada. ¡Imagínense como cómo quedan las calles
afectadas!, se lo decimos: como en los agostos: mucha suciedad, muchos
desperdicios, multitud de botellas y vasos de cristal rotos, muchísimos tìos y
tías meando en cualquier rincón a la vista de todos, penetrante olor a pipí …
En esto se ha convertido
el tradicional mercado de Santo Tomás: en la fiestuqui merdé de San Toto.
Damos
fe de lo dicho, pasamos por allí a última hora de la tarde y acabamos tomando
algo en los gastrobares del Mercado de La Rivera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario