Como
si se tratara de las “parientas” de dos jerarcas del régimen (en este caso del
ex–régimen separatista catalanista), ahí las ven a la Carmen y a la Marcela, o
si lo prefieren a la Forcadell y a la Topor (ésta es rumana), asistiendo a un
desfile de moda de segunda o tercera categoría (080 Barcelona Fashion).
Un
redactor de noticias del corazón pelotillero diría, cosas que como “les une una gran amistad”, o que se “apreciaron signos de complicidad entre ellas”,
o que “a pesar de las circunstancias
siguen muy atentas los acontecimientos de tipo social”, o cualquier otra
estulticia parecida.
Pero la realidad es muy distinta, tras esa apariencia de normalidad hay
una mujer, la Carmen, responsable penal de gran parte de la situación, que
previsiblemente será inhabilitada (o sea, dejará de ser diputada regional, ¡que putada, diputada!) dentro de un par
de meses y en menos de un año ingresará en prisión para cumplir una larga pena
(salvo que se fugue también), y la Marcela acabará divorciándose del recluso
PutschdelMonte, salvo que se conforme con una vida de miseria, muy distinta de
la que soñó, y se conforme con un par de “vis à vis” mensuales en Soto del
Real.
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