Como es el caso. Por ejemplo, dos hermanos, siendo alcalde uno
y concejal el otro peneuvistas de un
pueblo cualquiera, regalarle un viajecito al sobrino del primero e hijo del otro,
con cargo al Ayuntamiento, y para ello cualquier excusa vale. La excusa del
alcalde y del concejal del PNV concernidos de Guernica (Vizcaya), para
financiar el viaje del sobrino del primero e hijo del segundo a Cracovia
(Polonia) fue que, como el chaval sabía inglés, podía hacer de traductor para su padre.
El
escándalo lo destapó EH Bildu y lo publicó El Correo. Ahora, es de suponer que
muertos de vergüenza, o desvergüenza, el concejal peneuvista (y hermano del
alcalde peneuvista) ha devuelto los 879 euros que le guindaron al Ayuntamiento de Guernica por el viajecito del chaval.
¡Ah!, y para más inri el papá del
chaval es el concejal de ¡¡Hacienda!!, y teniente de alcalde. Ya hemos dicho
que el tío del chaval y hermano del padre del chaval es el alcalde del pueblo.
Los tres tienen el mismo apellido, “gorroño”, y parece que gobiernan el
ayuntamiento de la villa como una pequeña pyme familiar.
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