Pocos méritos tenía, ni tiene, Alonso para
enfrentarse a Casado; es más (y en algunos sitios lo teníamos ya dicho) Casado
se lo tenía que “cargar”, porque no tiene ningún sentido que no siendo Alonso
santo de su devoción, que retrasara su confirmación (a la espera de alternativa)
hasta que ya no fue posible, y que le tenga que aguantar chulescamente durante
los próximos cuatro años, porque si Alonso vuelve a ser parlamentario vasco,
tendrá un buen “curro” con un sueldo más que digno y tendrá altavoces para darle
la batalla “a Genova” e intentar destronar a Casado.
Casado, si esta en su sano juicio, no puede
tener a Alonso en un puesto relevante, ni orgánico ni institucional, sería como
una enorme piedra en el zapato, y eso hasta abril de 2024.
Así que Alfonso no será parlamentario vasco;
hasta el 2 de abril de 2020, fecha de presentación de las candidaturas, podría teóricamente
serlo. Pero creemos que tal grado de incoherencia no se lo podrá permitir (no podría mirarse al espejo el resto de su vida), además le lastraría en
cualquier debate político y ante la opinión pública; o sea, Alonso esta “frito”,
por no utilizar otra expresión, sencillamente sobra.
Así
de dura es la política, y Alonso debería saberlo; él seguro que también ha
jugado alguna vez a eso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario