D. Mariano Rajoy es un
hombre con una gran sabiduría; lo demuestra cada día; su larga experiencia política,
desde la concejalía que desempeñó en la casi adolescencia (¡y era ya
Registrador de la Propiedad!) hasta el ejercicio de la Presidencia del Gobierno
de la nación, le han convertido en un perfecto conocedor de la naturaleza humana
y de los criterios determinantes del comportamiento de los políticos, y también,
y ya llegamos a la cuestión, de todo el género humano, incluidos los terroristas.
Rajoy ha defendido la
dignidad de la democracia y la dignidad de los ciudadanos, de todos ellos,
incluidos los que votan al nacionalismo vasco, y no se ha plegado a ninguna de
las trampas de los etarras y de todos los que, de una forma o de otra, apoyan
directa o indirectamente el terrorismo.
¡Ah!,
y la “receta Rajoy” para la puta Eta también vale para los separatistas
catalanes, y si no, al tiempo.
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