Frases que tienen su aquel ...

“El nacionalismo es completamente anti-histórico.

Es una regresión a la forma más primitiva, cavernaria”,

Mario Vargas Llosa (XL Semanal nº 1.479, 28-02-2016)

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sábado, 9 de noviembre de 2019

Hoy, "jornada de reflexión", se impone al menos una reflexión ...



El texto de a noticia (de El Correo del sábado 22 de septiembre de 2019) dice textualmente lo siguiente:
«Las elecciones las carga el diablo», le advirtió Pablo Casado a Pedro Sánchez el miércoles. El trabajo mefistofélico suele ser más efectivo cuando las votaciones son forzadas. Que se lo pregunten a los exprimeros ministros británicos David Cameron y Theresa May, al expresidente francés Jacques Chirac, al exprimer ministro italiano Matteo Renzi y a los expresidentes catalán Artur Mas y andaluz Susana Díaz, que perdieron las votaciones que habían precipitado. Contaban con sondeos favorables, quisieron aprovechar la debilidad de sus adversarios, pero el pulso de la calle era otro y no lo captaron.
El ‘brexit’ que nadie esperaba. David Cameron había salido victorioso del referéndum sobre la secesión de Escocia dos años antes, y pensó que ocurriría lo mismo con el plebiscito sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea. El entonces primer ministro trató de fortalecer su posición entre los ‘tories’ y desactivar la creciente ola euroescéptica en su partido. Convocó la consulta el 23 de junio de 2016. La mayoría de los sondeos eran favorables, aunque al final de la campaña aparecieron avisos en sentido contrario. Y se cumplieron. Los partidarios del ‘brexit’ ganaron con el 52% de los votos por el 48% de los defensores de la permanencia.
Un bumerán para May. La conservadora Theresa May tomó el relevo de Cameron, y también quiso reforzar su posición en Westminster para negociar en mejores condiciones la salida de la UE. Tenía una mayoría frágil de 17 diputados y era rehén de la potente facción contraria a ceder ante Bruselas.
Las encuestas eran favorables a los ‘tories’, algunas con ventajas de hasta 20 puntos, y los laboristas de Jeremy Corbyn vivían su enésima crisis. Empeñada en reforzar la mayoría absoluta conservadora, adelantó las elecciones al 8 de junio de 2017 y se estrelló. Los conservadores lograron 318 escaños, doce menos, y perdieron la mayoría en el Parlamento. Los laboristas sumaron 261, una subida de 29. May quedó debilitada para negociar un ‘brexit’ que sería su canto del cisne.
El error de Chirac. El presidente Jacques Chirac adelantó en 1997 las legislativas para reforzar la ya amplia mayoría de la derecha en la Asamblea Nacional francesa y encarar las presidenciales de cinco años después con una posición ventajosa. Los sondeos también eran favorables a la Agrupación por la República.
Los socialistas, que atravesaban un mal momento tras la derrota de Lionel Jospin en las presidenciales, sacaron del retiro a su líder y ganaron. Obtuvieron 241 diputados por 134 de las fuerzas de la derecha, que sufrieron una derrota estrepitosa y perdieron la mayoría absoluta. Chirac y Jospin tuvieron que cohabitar cinco años.
La ambición de Renzi. Matteo Renzi planteó en 2016 una ambiciosa reforma constitucional rechazada por los italianos (59% a 41%) y renunció a ser primer ministro. Pero desde ese momento, el líder de la izquierda se puso a negociar, sobre todo con la Forza Italia de Silvio Berlusconi, para propiciar nuevas elecciones legislativas, aunque el primer ministro era su correligionario Paolo Gentiloni, y cerrar el paso al Movimiento Cinco Estrellas. El resultado fue un desastre para Renzi y su Partido Demócrata, que perdió 223 escaños para quedarse en 122. La Liga Norte, con Matteo Salvini de candidato, ganó con 265 diputados, y pactó con Cinco Estrellas, segunda fuerza con 227 escaños.
El tiro en el pie de Artur Mas. Envalentonado por el éxito de la Diada de 2012, y acosado por las movilizaciones callejeras contra sus recortes, Artur Mas adelantó dos años las elecciones catalanas. En la cresta de la ola soberanista, pretendía recuperar para CiU la hegemonía de los años de Jordi Pujol. Las encuestas lo auguraban, el PSC estaba en crisis, todo estaba a su favor. Pero Mas perdió 12 escaños y su archirrival Esquerra ganó once.
Susana Díaz mide mal. Hace cuatro años, Susana Díaz necesitó a Ciudadanos para gobernar en Andalucía y lo logró a la cuarta votación. En el verano de 2018 empezó a hablar de inestabilidad, los liberales rompieron el pacto y en octubre Díaz convocó elecciones. Los sondeos también sonreían a los socialistas, que no vieron el ascenso de la extrema derecha. Aunque el PSOE ganó, la suma de PP, Ciudadanos y Vox acabó con casi cuatro décadas del PSOE en el poder. 
Y aquí lo dejamos, mañana veremos como han ido las cosas.

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