La debacle “sociata” se
produjo el sábado por la tarde (bueno, ya había anochecido); a eso de las 20.31
horas terminó la votación sobre “congreso exprés” sí, o no; y el resultado fue
“no” (132 frente a 107), y ese resultado era el que previsiblemente se
produciría en cualquier cosa que planteara “Snchz”, siempre 132 en contra
frente a 107 de sus incondicionales.
“Solución Snchz”: coger
el portante y salir “escopetao”.
Tan “escopetao” que ni
él ni muchos de los suyos se quedaron a rematar la reunión del Comité Federal
del primero de octubre, esto es, elegir la Comisión Gestora que hasta el
próximo congreso “sociata” tramitará el día a día del partido.
El “curro” que la C.
Gestora tiene por delante es ímprobo, porque el estado de postración en que ha
quedado el PSOE es tre-men-do; si ya ZP destrozó el partido con su estulticia e
inanidad (¡y “Snchz” ha hecho bueno a ZP!), el secretario general en fuga y su
guardia pretoriana (los incompetentes Luena, Antonio Hernando, Oscar López,
Pachi López, Adriana Lastra, María González, Merichel y algún otro desecho de
tienta de diluido recuerdo) lo han llevado a bajo-mínimos históricos.
Pero el PSOE aún no ha
llegado a su “suelo” electoral; dos días después de la catarsis de Ferraz ya
hay encuestas sobre intención de voto … la de la imagen es de ABC de ayer.
Pronto habrá más.
Y esas encuestas van a
formar parte fundamental de las negociaciones PP-PSOE sobre la gobernabilidad;
se tratará de determinar al detalle quien tiene la sartén por el mango (¿pero es que puede haber alguna duda al respecto,
D. Ferchu?), y por lo tanto quien tendrá que ceder más o menos en las
negociaciones de los próximos días (previsiblemente en la semana del 17 al 21
de octubre) … versus elecciones en Navidad.
Por cierto, la única
ventaja que tendría para el PSOE su debacle electoral del próximo diciembre, son
dos (valga la licencia): poder imputar el fracaso a “Snchz” y a partir de ahí
intentar recuperar (sería fácil partiendo de tan bajo) y, sobre todo, poder
hacer “limpieza” en los grupos parlamentarios en Congreso y Senado (hoy la
mitad son “pedristas”), porque su composición actual es un grave escollo para
el cambio de políticas.
Veremos
cómo queda la cosa.
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