Parece ser que el 30 de
marzo todavía quedaban 41 amenazados con escolta; 38 amenazados dejaron de tenerla al final de ese
día, así que amanecieron el 1 de abril sin esos ángeles de la guarda, de carne
y hueso, que las han garantizado durante años la vida y la libertad.
A
partir de ahora estarán a merced de los amigos de la banda criminal nacionalista
vasca, como los que en Alsasua en cuadrilla (de grandes dimensiones, convocada
y reunida por teléfonos móviles) agredieron a dos guardias civiles y sus
parejas en una cafetería del pueblo.
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