Cuando al PNV se le terminaron los puestos
golosos en los que podía “colar” a los suyos en las administraciones públicas
que controla (demasiada gente para colocar en unas plantillas amplias, pero que
no dan para tanto), pensaron que la siguiente forma de enriquecer o, a menos,
darles una vida placentera a los suyos (“nuestrrrros”
que diría el aitá Arzayus) era la de
aconsejarles que montaran empresas, en todos los ámbitos de la actividad
económica, metieran en ellas a más gente suya, para que las administraciones
públicas nacionalistas les encargaran bien directamente, bien mediante concursos
públicos “dirigidos”, todas las obras y todos los trabajos posibles en y para
cualquier ente (ayuntamientos, diputaciones, hospitales, etc.) radicado en su
zona de poder.
El P.P. vasco ha hecho, al parecer, una
investigación al respecto y parece que puede empezar a sacar datos a la luz
pública; el de la imagen se refiere al conocido político nacionalista Pradera
Jauregui, que llegó a Presidente de la Diputación Foral de Vizcaya (o “diputau”
general, en su terminología) durante 8 años (1987 a 1995), y de ahí pasó a
diversas empresas privadas, bien suyas, bien otras en las que era “útil”.
¡Qué
el P.P. vasco siga tirando de la manta!. Estamos convencido que la corrupción
nacionalista vasca es tanto o más importante de la de la “famiglia” Pujol en Cataluña, aunque aquí
no nos empezaremos a enterar hasta el momento en que el PNV sea desalojado definitivamente del poder
y la gente deje de tenerles miedo, al partido y a sus tentáculos en muchas
partes.
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