Las frías cifras asustan, las gélidas estadísticas
enmascaran la realidad y la información no fluye adecuadamente. Casi nadie sabe
de qué va la cosa y parece increíble que casi la mitad de los 572 asesinados por
la banda criminal nacionalista vasca en las tres provincias vascas permanezcan
sin que se conozca la autoría del delito.
¡Esto clama al cielo!, y al PNV no se le cae la
cara de vergüenza.
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