Es evidente que D. José María conoce bien la política
nacional, y es evidente también que tuvo que lidiar durante sus ocho años en la presidencia del gobierno de la Nación con los nacionalistas catalanes, que hoy ya no son tales,
porque han “evolucionado” a, directamente, separatistas.
Cataluña es una autonomía fallida por la deriva de los
dirigentes regionales que, además, son tales por la manipulación de la ley electoral
porque no tienen la mayoría social.
Es también fallida porque, desde el punto de
vista financiero, Cataluña es la región con mayor déficit y que acumula más
deuda y, por cierto, sobrevive en buena medida por la generosidad del resto de
España.
Tiene
razón el Presidente Aznar, y no cabe duda que si la vida política española evoluciona
en la línea que es previsible, su opinión tendrá mucho peso en las decisiones
que tome al respecto el próximo Presidente del Gobierno de la Nación.
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