Cuentan las crónicas, o
sea, los periódicos de este lunes y de ayer, que los “valientes” nacionalistas,
unos del PNV y otros de Eta-Batasuna-Sortu-Bildu-etc. este pasado domingo, con
nocturnidad y alevosía, los herederos de quienes no solo perdieron la guerra civil
entre vascos, sino que lo hicieron con ignominia y deshonor, insistimos, valientemente,
con nocturnidad y alevosía, tiraron a tierra un monolito, una columna de hormigón
en Ondárroa (pueblo de Vizcaya) que se consideraba el último monumento
franquista de la zona.
Se supone que, ¡82 años
después!, los de la rotaflex se sintieron ganadores de aquella jodida guerra
civil entre vascos.
Parece que el monumento
derribado estaba erigido en recuerdo y homenaje a 50 ondarreses que luchaban
con Franco y murieron en el hundimiento del Baleares por el ejército republicano.
Pues bien, quizás (chi lo
sa!) unos ondarreses cobardes de ahora han pretendido ofender la memoria (“histórica”
habrá que añadir, “cosas del directo”) de otros ondarreses que más de 80 años
atrás murieron a manos del otro bando luchando en un buque de guerra.
No
consta que esta ocasión el propio monumento franquista ondarrés se haya defendido,
como lo hizo el de Larrabezúa hace unos dos años, en un acto reflejo de legítima
defensa que causó varios heridos entre los espectadores del cobarde monumenticidio (pinchar aquí encima para enlazar).
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