Un
simpático lector (o lectora) nos pide mayor concreción sobre nuestro post del pasado sábado, poco podemos
decir, salvo recoger alguna precisión ya publicada por la prensa de mediados de
julio. El alcalde de Larrabezúa (hoy “larrabechu” por mor de la neolengua nazionalista
vasca) es de Eta-Batasuna-EH_Bildu (6 concejales) y el resto de la corporación
es del PNV (5 concejales). El acuerdo de cargarse el monumento es de abril de 2017,
y la fecha para el fiestorro
NaZionalista y pro-etarra era el 10 de julio pasado …
Llegada
la fecha los NaCis de la localidad (del PNV y de Eta-Batasuna-EH_Bildu)
montaron el operativo, que incluía un escaso perímetro de seguridad (“La ertzaintza nos había advertido del riesgo
de caída”, reconoció el alcalde, ¿paso previo para una sonora indemnización
millonaria a los heridos “de su cuerda”?), pusieron también una icurriñita y
una bandera “estrellada” de los homólogos separatistas catalanes … y, ¡mira tú,
qué casualidad!, esas dos banderas de mierda fueron las que diseñaron el punto
de caída del monumento, y como enfrente estaba el escaso público … por ahí se
desencadenó la minitragedia (los pedruscos si no hubieran salido a ras de
tierra, sino a media altura se habría llevado alguna cornamenta por delante).
Como dice uno de los titulares de El Correo “4 heridos al salir disparadas las
piedras de la cruz franquista demolida en Larrabetzu”. ¡Joér qué
lenguaje”, que bélico y belicoso les ha salido el titular (“salir disparadas”), parece como que el
propio monumento fusiló a quienes le agredían … ¿últimas víctimas del
franquismo?, ¿pasarán así a la historia?.
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