Nos cuenta un amigo lector que asistió a la corrida, que
la gente estaba encantada con la presencia en el coso de Vista Alegre del Rey
don Juan Carlos I, su hija y su nieta, y que solo un pequeño número de idiotas
se molestó y emitió algunos estúpidos silbidos cuando se percataron que los banderillas
llevaban como adorno los colores de la bandera nacional, ¡de España, of course!.
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