Ocurrió ayer, a la hora del desayuno, en un conocido hotel de Bilbao.
Parece que fue un mini boicot
sin apenas trascendencia ni importancia, la escasa notoriedad de la “equincha”
(¿lo llamarías asín Arnaldín en tus épocas
de etarra de pistola en mano?) no ha dado para casi nada; VOX es un partido
residual que no puede lograr ningún escaño en la parlamento regional vasco el
25-S, como no ha logrado nunca ninguno en el Congreso y Senado, ni ninguna concejalía
de relevancia.
Pero a Arnaldín le habrían puesto en un aprieto si el tiparraco
no tuviera más cara que espalda: sus cachorros, los cachorros proetarras
boicotean a los demás en las calles, y él ni lo condena ni se inmuta, es más suponemos
que le parece bien … pero él desde su áureo pedestal “juega” a otra cosa …
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