La anécdota es verídica.
Nos la ha contado con pelos y señales un lector del blog que tuvo la mala
fortuna de coincidir con el delincuente conocido como “el gordo” Otegui ayer
junto a la “casa de Sabino” (sede central del PNV). Va.
A eso de las 13.40 h.
Otegui, “el gordo” (su apodo, su nombre de guerra como criminal etarra),
discurría por la calle Ibañez de Bilbao, hacia abajo, en dirección a la sede
que Eta-Batasuna-Bildu tiene al principio de la calle, en la Plaza de Venezuela.
Iba por la acera del palacio de justicia, aproximadamente a mitad de la fachada,
le acompañaban sus cabezas provinciales de lista (nuestro lector reconoció a la
alavesa y a la periodista de ETB que concurría por Guipúzcoa).
Nuestro lector les ha
visto venir de frente, y le ha parecido indecente ver al terrorista Otegui (u
otegi), “el gordo”, un tiparraco con las manos manchadas de sangre, con pose de
gran líder salvapatrias, se le veía ufano tras haber negociado no-se-sabe-qué
con Urcullo.
Casi a punto de
cruzarse, “el gordo” Otegui ha hecho ademán de detenerse para atender a un periodista;
en ese momento nuestro lector, sin pensárselo ni una décima de segundo, como
impulsado por un resorte invisible, ha tenido un arranque de dignidad: ha
respirado profundamente, para llenar sus pulmones con todo el aire posible,
simultáneamente ha exprimido sus glándulas salivales, llenándose la boca del
líquido elemento (¡menos mal que no estaba acatarrado!), y en un instante ha
expulsado un gran salivazo, además muy sonoro, a los pies de Otegui (u otegi),
“el gordo”.
La cara de sorpresa de
Otegui (u otegi), “el gordo”, ha sido espectacular; un par de los suyos
(incluida la presentadora Batasuna de ETB) han soltado al alimón un rotundo “¡qué asco!”, el escupidor les ha respondido,
mientras continuaba caminando, al pasar entre ellos (entre la presentadora batasuna
de ETB) y Otegui (u otegi), “el gordo”, y mirándole a la cara al criminal
etarra, con un “¡sí, que asco!”.
Quizás en ese momento es
cuando “el gordo” Otegui (u otegi), y su troupe,
se han dado cuenta de que el mega escupitajo lanzado a sus pies, era un acto
grandioso de desprecio hacia ellos, especialmente para criminal etarra “el
gordo” Otegui (u otegi).
Y el criminal terrorista
apodado “el gordo”, ha respondido de inmediato llamando “¡subnormal!” a quien le había escupido a los pies. A tal apelativo,
que no insulto (“subnormal” sólo es un insulto para los torpes como Otegui (u
otegi), “el gordo”; no se puede insultar con un defecto físico o psíquico de
las personas), y el escupidor le ha respondido devolviéndole un sonoro “¡cabrón!”, mientras continuaba su rumbo,
al tiempo que elevaba el dedo corazón (para los incultos como Otegui (u otegi),
“el gordo”, es el dedo central, el del medio) de la mano derecha por encima de
la cabeza y lo más hacia la espalda posible, porque seguro que los muy mamones
se había quedado mirándole, y seguramente perplejos (nadie en la calle se atreve a increpar a un
criminal etarra semi retirado, rodeado de los suyos).
¡Bravo
por nuestro valiente lector!, que es el héroe nuestro del día, del día de hoy.
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