Pero
no fue necesario que el gobierno de la nación (que no el “del 155”, aunque
también) impugnara la decisión, simplemente el Tribunal Supremo no ha aceptado que
Sánchez vaya al Parlamento regional, porque es una decisión que le corresponde
y es plenamente conforme a derecho.
Así
que el Torrent(e) se ha quedado sin pleno de investidura (el segundo intento de la del Sánchez), se ha cabreado y no se le ha ocurrido mejor cosa que plantear
que el parlamentín regional se querelle contra el juez instructor del T.S.
Esto es, más palos de ciego, más dilaciones y más marear la perdiz;
parece que los separatistas catalanes no tienen claro quien gana y quien pierde
en su juego de trileros. ¡Y son ellos mismos!.
¡Ah!, y sigue corriendo el tiempo para las nuevas elecciones autonómicas tras el fiasco de las del 21 de diciembre pasado.
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