Parece que nadie, ningún
medio, de esos a los que tiene embrujados la arrolladora simpatía del chico
pijo donostiarra, que tiene mucha labia, que se ha ligado a una actriz, que le
gusta el surf y la poesía … etc., ninguno ha valorado la trayectoria política
del simpático chaval (cuarentón ya, por cierto).
¿Cómo deja el partido?,
que es tanto como preguntarse, ¿al partido lo deja él por cómo él ha dejado al
partido?, porque la caída electoral del P.P. de Guipuzcoa bajo la presidencia
del susodicho Borjamary ha sido espeluznante.
El P.P. que deja el “huido”
Borjamary está hundido en la miseria: sólo 4 concejales en toda la provincia (3
en San Sebastián, entre ellos él mismo, y 1 en Irún), 1 juntero y 1 parlamentario
vasco (también él mismo).
Y, por cierto, el amigo
Borjamary siempre se ha guardado bien su riñón (parece que es lo único que le
ha interesado de verdad, y que es lo que ha hecho de nuevo ahora, marchándose a
Madrid, de la noche a la mañana, a trabajar en una multinacional), de hecho él,
ante la eventualidad de fracasar (cosa probable) y no renovar su escaño en el
parlamento regional de Vitoria (habrá elecciones regionales akí en pocos meses), se “buscó la vida”
garantizándose un puesto de concejal en San Sebastián, del que podría vivir muy
dignamente (ya que lleva 25 años viviendo de la política, o sea, desde los 19
añitos).
¿Le compensaba al P.P.
vasco un presidente provincial figurín
pero con el partido en fase de evaporación?.
En todo caso, es indecente
que el tal Borja Semper, de un día para otro, se largue, deje al partido en la
estacada, sin portavoz parlamentario, con la estructura provincial colapsada y,
¡ah! a pocas semanas de una campaña electoral regional.
¡Bien,
Borja, bien!.
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