Lo
de ZP es el colmo de los despropósitos, aunque ya nos tiene acostumbrados a sus
tonterías, que han sido muchas, pero una anterior de gran calibre es (y sigue
siendo) su denodada defensa del régimen dictatorial de Maduro en Venezuela.
Pero hay que ser imprudente y mendrugo para meterse de hoz y coz en uno
de los asuntos más conflictivos y comprometidos de España en los últimos cuarenta
años, que es precisamente un conflicto que desencadenó el mismo con su estúpida
postura personal sobre la conflictiva reforma del estatuto catalán.
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