Para
los lectores foráneos se hace obligada una precisión: un “gazteche” es
habitualmente, y también en el caso que nos ocupa, un edificio abandonado que
es ocupado ilegalmente por un grupo de jóvenes (y no tan jóvenes), de ahí que
su denominación (“gazteche”) signifique en vascuence “casa de jóvenes”.
Los
“gazteche” son lugares “alternativos y autogestionados” donde viven en
condiciones deplorables de higiene gentes desarraigadas, habitualmente “ni-nis”,
que se dedican a una existencia sin dar ni golpe y dedicados a las fiestas
hasta altísimas horas y a consumir alcohol a manta y drogas.
En
el pasado mes de enero en Galdácano (un pueblo de Vizcaya cercano a Bilbao)
ocurrió algo curioso en su “gazteche” … una mañana aparecieron paseando cívicamente por la
localidad una manada de cinco gorrinos, hasta cruzaban las calles por los pasos de peatones (ver la imagen de arriba), que fueron recogidos por la policía
municipal, que determinó tras las pertinentes averiguaciones, que se habían
escapado del mencionado “gazteche”, donde al parecer (hay dos teorías), o bien
convivían con normalidad y en pie de igualdad con sus congéneres de dos patas, o
bien habían sido llevado allí cuando eran lechones y estaban siendo engordados
para en su momento ser sacrificados y consumidos a la brasa en una macrofiesta
guarra.
Al
margen de lo dicho un veterinario de la Diputación visitó al día siguiente a
las criaturas y determinó que las instalaciones del “gazteche” no eran aptas
para los animalitos de cuatro patas por lo que, en conclusión, sancionó a los
de dos patas con una multa de 3.000 euritos (ver la imagen de aquí abajo).
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