A primeros de marzo asistimos en el Aula de Cultura de
El Correo (¿o es de Vocento?) en Bilbao, a la presentación del libro de Joaquín Leguina
titulado “Historia de un despropósito: ZP, el gran organizador de derrotas”. El
acto estuvo muy bien, al fin y al cabo el Sr. Leguina es un “tertuliano” de
reconocido prestigio y domina las artes escénicas …
Y lo mejor, sin duda, fue el capítulo de diálogo y
preguntas de los asistentes. En esta fase surgió una afirmación del líder (¿o
ex-lider socialista madrileño?), que reconoció no era suya, sino del mismísimo
Felipe González, dijo que “Felipe
afirmaba preferir una jefatura del Estado cuya renovación dependía de la
genética frente a la alternativa que sería votar a alguien elegido por el
Secretario de Organización del partido” (aun con las comillas, no es una
frase exacta, sino meramente descriptiva, pero es que asín queda mejor).
Supongo que todos los asistentes nos acordamos de
Pepinho Blanco y, desde esa perspectiva, la República y la “elección” de su
presidente cada 4 ó 5 años, a propuesta del tal Pepinho, supondría la
peor de todas las posibles opciones, y por aquello de la Ley de Murphy (“Anything that can go wrong will go wrong”), mejor ni tocarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario