La portada de El Correo
de ayer contenía como imagen central la foto que hoy ponemos aquí, más de la
mitad de la superficie de la página, a cinco columnas.
Y es que este lunes
comenzó en la Audiencia Provincial de Vizcaya un juicio muy mediático, tanto
por la índole de los protagonistas, como por el hecho presuntamente delictivo
que se enjuicia: la contratación supuestamente ficticia de un alto dirigente socialista
(el recién cesado Delegado del Gobierno, de ZP, en el País Vasco), Mikel
Cabieces, por el banco resultante de la fusión de las cajas de ahorro vasca (Cuchabank), presidido por un nacionalista
con pedigrí (Mario Fernández, que llegó a ser Vicelejendackary con Charly Garaicoechea),
y a través de un despacho de abogados que ya trabajaba para el banco.
Otro dato que se supo en
su día (aunque aun no ha salido a colación en estos días) es que, al parecer,
también estaba en el secreto de la operación un lidercillo efímero del PP vizcaíno,
un tal Basagoiti.
La broma le costó al
banco, al parecer, 243.592 euros, que ha devuelto de su propio bolsillo el señó Mario, que es la cantidad que miquelchu cobró, vía el despacho que se
prestó al juego, a razón de unos 6.000 euros mensuales durante unos 3 años …
Hasta
aquí la trama, el negocio, las influencias políticas, la utilización de las instituciones
como si fueran un cortijo, propiedad de los que mandan (akí el PNV obviamente), también el abuso, el descaro y la punta del
iceberg, ¿qué no habrían hecho estos cabrones durante décadas en beneficio de
los amiguetes? …
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