Ayer una reputada analista política de El Correo
relataba a sus lectores las tribulaciones de unos y otros candidatos en las “”autonómicas”
de este próximo domingo ante la posibilidad, cierta y real, de que en Álava VOX
alcance un diputado autonómico tras computase los resultados de las votaciones.
La eficaz analista sólo se equivoca en referir
la lucha al escaño nº 25 (el último), cuando los datos más recientes que
tenemos sobre la mesa (elecciones generales de noviembre de 2019) determinan que
VOX alcanza el escaño regional nº 23, luego el margen es de tres, el 23, el 24
y el 25.
Las encuestas en esta región, con la gente aterrada
por el miedo a la banda terrorista, no reflejan respuestas sinceras, máxime
cuando la pregunta se refiere a VOX, ¿quién tiene el valor de decirle a un
encuestador desconocido que va a votar a VOX?, pues muy poca gente; tan poca
que garantizarle un escaño a los de Abascal con esa base es muy difícil.
La
realidad la conoceremos en breves fechas, y ya no serán encuestas, sino el
recuento de las papeletas depositadas en las urnas
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