No es fácil hacerse a la idea de que toda forma de violencia etarra ha terminado en Vascongadas, ¡cojona!, ¡pero si siguen en activo, sin disolverse, sin entregar las armas!. Que ultimamente no hayan asesiando a nadie sólo significa eso: que llevan un tiempo sin asesinar a nadie, pero ¿será un tiempo eterno o cualquier día puede cambiar la cosa?.
La cuestión es que nada se puede asegurar de momento, porque su momento (el de los joputas etarras) creen que será dentro de 9 meses, cuando se celebren (a más tardar) las próximas elecciones autonómicas, en las que algún replicante de Arnaldo Otegui tendrá un buen resultado y aspirará a suceder a Pachiló en el decadente palacete vitoriano donde vive el Presidente regional de Vascongadas, y la actividad terrorista con sangre es contraproducente en su carrera electoral, pero tras los resultados puede que las cosas cambien.
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