Muchas veces hemos mencionado aquí la afición
del NaCionalismo y del NaZismo vasco a los “juegos de guerra”, como, por
otra parte, hay que considerar lógico … porque si al nacionalismo le quitas los
agravios (históricos o inventados), la melancolía, el victimismo, el mirarse
todo el día al ombligo y demás enfermedades mentales y del espíritu … se queda
en nada.
Así que, ¡a recordarnos cada vez que pueden! (y
los hacen varias veces al año en sus fastos bélicos de “bando perdedor” y
permanentemente agraviado), como los nacionalistas vascos perdieron cobardemente
la guerra a manos de otros vascos no nacionalistas: recordemos como vascos
alaveses y navarros (estos no vascos, pero sí “navarros-navarros”) liberaron San
Sebastián (y por ende Guipúzcoa) el 12 de septiembre de 1936 (menos de dos
meses desde el alzamiento del 18 de julio) y lo mismo ocurrió con Bilbao el 19
de junio de 1937 (11 meses desde el inicio de la guerra civil entre vascos); de
la rendición del nacionalismo en Santoña hablaremos otro día.
Los fastos de la derrota tienen un día
fundamental: los 26 de abril; en esa jornada Guernica es, y cada año más, una perfomance completa con docenas de
montajes y un presupuesto considerable, que van ampliando en cada ocasión,
añadiendo nuevos elementos.
Y
después viene la explotación política de la cosa, en la que en esta ocasión los
proetarras de Bildu la han montado en el parlamento regional, no merece la pena
que perdamos el tiempo con tonterías, pero sí queremos dejar constancia de la
manipulación, y para ello ponemos como imagen del día parte de la portada de la
edición impresa de El Correo de este pasado viernes.
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