Que la cosa del independentismo NaCionalista es algo cada día menos serio, de menos interés para la ciudadanía y, por contra, cada vez más folklórico y risible, parece que no deja ya lugar a dudas, lo acaba de demostrar la tercera “oleada” de “consultas” en la autonomía del nordeste de España.
Pero para que se pueda apreciar ese carácter, y esa deriva, es necesario que la presión que conduce al miedo no exista; es impensable que la escasa participación que ha habido en Cataluña se pueda producir en nuestra región, en las Vascongadas, en los pueblos dominados por el miedo a Eta-Batasuna, en donde los etarras y proetarras irían casa por casa a buscar a la gente para que vaya a las urnas, y lo harían por las buenas o por las malas …y además, dándoles al mismo tiempo la papeleta con el “si” puesta en circulación por la propia banda criminal Eta, o por su entorno más inmediato.
Si no fuera por el miedo, por el terror provocado por la certeza de que aquí las amenazas no son en vano, y basta recordar que la banda criminal nacionalista vasca tiene casi 1.000 cadáveres en su “currículo”, nos tomaríamos también a chirigota los planes que Sabino Policarpo Arana Goiri ideó a finales del siglo XIX, aunque sus epígonos en pleno siglo XXI, con pistolas o sin ellas (pero siempre con los de las bombas como garantes de las esencias del régimen sabiniano) siguen con la misma matraca, contra la realidad, contra la historia, contra el progreso, contra la libertad de las personas; la información viaja a la velocidad de la luz, las personas viajan también mucho, aunque sólo lo hagan a mach 1, pero causa risa pensar que los nuevos NaCis sigan pretendiendo que Vascongadas sea la excepción al axioma de McLuhan, que seamos la aldea no global, el terruño rodeado por empalizas, minas y alambre de espino. En resumen: no al independentismo, sí a la unidad de España.
Pero para que se pueda apreciar ese carácter, y esa deriva, es necesario que la presión que conduce al miedo no exista; es impensable que la escasa participación que ha habido en Cataluña se pueda producir en nuestra región, en las Vascongadas, en los pueblos dominados por el miedo a Eta-Batasuna, en donde los etarras y proetarras irían casa por casa a buscar a la gente para que vaya a las urnas, y lo harían por las buenas o por las malas …y además, dándoles al mismo tiempo la papeleta con el “si” puesta en circulación por la propia banda criminal Eta, o por su entorno más inmediato.
Si no fuera por el miedo, por el terror provocado por la certeza de que aquí las amenazas no son en vano, y basta recordar que la banda criminal nacionalista vasca tiene casi 1.000 cadáveres en su “currículo”, nos tomaríamos también a chirigota los planes que Sabino Policarpo Arana Goiri ideó a finales del siglo XIX, aunque sus epígonos en pleno siglo XXI, con pistolas o sin ellas (pero siempre con los de las bombas como garantes de las esencias del régimen sabiniano) siguen con la misma matraca, contra la realidad, contra la historia, contra el progreso, contra la libertad de las personas; la información viaja a la velocidad de la luz, las personas viajan también mucho, aunque sólo lo hagan a mach 1, pero causa risa pensar que los nuevos NaCis sigan pretendiendo que Vascongadas sea la excepción al axioma de McLuhan, que seamos la aldea no global, el terruño rodeado por empalizas, minas y alambre de espino. En resumen: no al independentismo, sí a la unidad de España.
Pie de foto: la portada de ayer de un periódico del nordeste de España.
No hay comentarios:
Publicar un comentario