Acto I.- Del descubrimiento del latrocinio.
Acto II.- De la supuesta incredulidad del partido ("es mejor hacerse los tontos") y de la
sobreprotección a los “nuestrrrrros” (pronúnciese a la manera de Arzayus, con "errotundidad"), que,
obviamente, significa “de los suyos”.
Acto III.- De la petición de perdón con la boca pequeña, y
los habanos fumados … en humo quedan y como el humo se disipará (creen y esperan) el
latrocinio. En definitiva, golpes en el pecho,pero nadie devuelve el dinero robado para vicios.
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