Sigue la politización en las cajas vascas, al menos en la más importante, la BBK

Que Mario Fernández el recientemente jubilado (la semana pasada) presidente de Caja Bilbao-Vizcaya (BBK), haya sido sustituido por el hasta hace muy poco tesorero del PNV en Vizcaya (BBB), es un auténtico dislate, y no porque la palabra "tesorero" sea siempre sinónimo de "corrupto" (aunque alguno anda estos días entre rejas por ese preciso motivo), sino porque hay cosas que no son de recibo, y menos en los tiempos que corren,

No es de recibo que las Cajas de Ahorro sigan estando bajo el mandato directo de los políticos de turno, en función de su peso específico en las instituciones provinciales, y lejos de la gestión seria y profesional, al margen de la política, que se requiere en puestos de tanta relevancia; porque no es lo mismo gobernar un ayuntamiento o una diputación provincial que estar al frente de una institución financiera que, en la tradicion crediticia en España, supone habitualmente más del 50% de la "tarta" del crédito en nuestra nación, provincia por provincia, con especial hincapié en el crédito para la adquisición de la vivienda habitual (aunque la fiebre del ladrillo les rompió el saco, con las segunda residencias en la costa mediterránea).

Como tampoco es de recibo que baje tanto la cualificación profesional del nuevo jefe con relación al anterior; Fernández es un brillantísimo abogado experto en derecho mercantil (dio clases de la asignatura en la Universidad de  Deusto), fue el jefe de la asesoría jurídica del BBVA y ha sido cotitular de uno de los despachos de abogados más prestigiosos de Bilbao.

¿Y quien es el joven Javierchu Sagredo?, el designado por el PNV (que tienen mayor absoluta para garantizar el nombramiento: 9 de los 15 consejeros) para tan importante cargo: la entidad financiera de mayor volumen de negocio de Vizcaya (aunque lo sea bajo la siglas Kutxa Bank); nadie los sabe, nadie conoce su "curriculum" profesional, y debe ser tan menguado que ni siquiera el PNV, ni él mismo, han querido hacerlo público, no sea que se conozca y se compare, y ya se sabe que las comparaciones son odiosas, sobre todo cuando uso sale muy perjudicado en la comparación.

Los ciudadanos solo sabemos que el nuevo presidente de la BBK es un fulano enchufado por el PNV y que de banca debe de saber muy, pero que muy, muy, poco.