Los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, que incluyen de alguna forma a las policías autonómicas, y también el Ejército, han sido siempre considerados por muchos jóvenes como una salida laboral normal y ordinaria, una forma de funcionariado como cualquier otra: un sueldo fijo, y no del todo malo, un patrón no demasiado exigente y una continuidad laboral razonable.
Akí, por aquello del acoso del NaZionalismo, en todas sus ramas, desde la banda criminal nacionalista vasca, hasta el PNV, siempre había ocurrido que casi nadie se atrevía a comentar, ni siquiera a los amigos o a la familia, que "había echado los papeles" para entrar en las policías o en el Ejército ... y aún sigue siendo así, pero la crisis esta haciendo que un empleo seguro en el cuartel del Regimiento de Infantería Garellano (en Munguía) sea una salida que un buen número de jóvenes bilbaínos y vizcaínos está dispuesto a considerar, se plantee la idea, y que incluso empiece a perder la vergüenza de reconocerlo.
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