El domingo ganó las eleccioncillas internas, y el lunes Sánchez tomó su primera decisión: que los europarlamentarios sociatas (recién elegidos, hace menos de dos meses) no votaran el martes (o sea, ayer) a Jean-Claude Juncker (conservador) para presidir la Comisión Europea, y ello a pesar de que era la segunda parte de un pacto que ya habían cumplido en su primera parte los otros eurodiputados que habían cerrado el acuerdo (votar a Martin Schulz, socialista, para presidir el Parlamento Europeo).
Esta chapuza no ha sido aceptada por casi nadie, ni siquiera por los propios eurodiputados socialistas españoles, y se ha dado el caso de que su "número dos", Ramón Jáuregui, ha criticado públicamente la medida en un artículo, titulado "Paradojas europeas" (pinchar encima para enlazar) en las páginas de opinión en El Correo de ayer mismo, del que hemos extraído como imagen del post el último párrafo.
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