Este
pasado miércoles, en los estertores de la campaña electoral municipal hubo un
debate en TeleMadrid entre la aspirante a la Alcaldía de la capital de España
por el PP, Esperanza Aguirre (¡ese carácter vasco el suyo!), y la “ex–tantas cosas”, y casi ninguna buena, Manuela
Carmena, que tiene un curriculum antisistema en el que a la individua le vale
todo, incluyendo la simpatía por el submundo de mierda de Eta.
Ahora
la individua es la candidata de “El Coletas” al Ayuntamiento de Madrid.
En
el debate Aguirre le sacó a colación a Carmena algunas de sus indecencias, desde
que su marido le traspaso a ella sus activos inmobiliarios para dejar de pagar
deudas con sus empleados, a sus actividades próximas a la banda criminal nacionalista
vasca o su vinculación al Gobierno nacionalista vasco en asuntos de supuestos
abusos policiales (una forma más del nacionalismo radical para desacreditar a
Policía y Guardia Civil).
Pues
bien, la Carmena salió de los apuros como pudo, es decir, mal, porque ni con su
grosera capacidad de manipulación por bandera pudo explicar lo inexplicable;
pero la muy impresentable quedó tan “tocada” (casi groggy) que cometió la enorme grosería de negarle el saludo a
Esperanza Aguirre al término del debate …
¿Cómo
va a encarar la bruja Carmena con ese gesto de mala persona los cuatro años de
relación municipal que los electores madrileños acaban de decidir ayer mismo?, por cierto con datos muy ajustados, aunque con una mayoría a favor de Esperanza Aguirre.
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