La desvergüenza en política tiene muchas formas
de expresión. Una muy importante consiste “regalarle un sueldo a uno (¡o una!)
del partido”, pero claro, ¡a cargo de las instituciones.
La manifestación más habitual es hacerle al tipo
(o a la tipa) “asesor/asesora” de algo, incluso de algo rocambolesco, a
continuación se le asigna despacho bien dotado de medios y normalmente también
de una secretaria … y se le dice a continuación: “pero no hace falta que vengas a trabajar”, a pesar de lo cual, el
tipo o la tipa cobrará íntegramente su sueldo, que, como se imagina el lector,
es habitualmente un gran sueldo.
En definitiva, cobran mucho y muy bien, pero ni
trabajan, ni aparecen (ni siquiera para despistar) por la oficina.
La mayor parte de estos casos en las Vascongadas se da
en el PNV, pero también hay una gran habitualidad en este comportamiento
canalla en el PSE-PSOE en cuanto “toca” poder, un ejemplo: el de Francisco José
Berjón Ayuso, o sin el “José”, es decir, Francisco Berjón Ayuso, más conocido
en los ambientes como Paco Berjón, ex-alcalde socialista de Ermua, que ha
vivido toda su vida “¿laboral?” amorrado a la teta del partido, su último cargo
relevante fue el de Presidente de la red de parques tecnológicos del País
Vasco, en el gobierno de Pachi López … cesó y lo recolocaron enseguida … pero
no iba a trabajar: fichaba y se marchaba, no se sabe si al partido o a hacer
ciertos negocietes de los que en
algún momento les daremos detalles. ¡Ah!, por cierto, su “parienta” es concejala del PSE-PSOE en Bilbao desde hace tres
legislaturas … Es decir, trinca él y trinca ella.
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