Tsipras y Varufakis han estado medio año dinamitando
la economía griega, que ya había entrado en fase de recuperación (crecía al 1%),
pero su loca demagogia y su estúpida creencia de que llevando a Europa al borde
el abismo, Europa sucumbiría a sus injustas peticiones y chantajes, al final no
le han servido para nada, porque nada tenía ni para negociar ni para presionar
al resto de gobiernos de la Unión Europea.
El último delirio de ambos consistió en convocar un
referéndum para incitar a la ciudadanía a rechazar la propuesta europea de 25
de junio de 2015; pues bien, después de obtener el apoyo del cuerpo electoral
heleno, al que además sometió a un “corralito bancario” de tres semanas, la
situación económica ha seguido empeorando, por lo que la propuesta final de la
Unión Europea ha sido peor para los griegos que la de tres semanas antes.
Y Tsipras ha tragado (Varufakis se acababa de bajar
del tren); ha tenido que plantear a su parlamento reformas legales hasta ahora
inimaginables.
Tsipras ha tomado el pelo a sus ciudadanos, después de
que éstos dijeran no al paquete de medidas del 25 de junio, les está imponiendo
medidas más duras y peores … ¡y sin nuevo referéndum!; por pura coherencia
Tsipras debería volver a consultar “al pueblo” si desea el nuevo conjunto de
medidas.
Además Tsipras, como cualquier buen dictador y por si
le faltaba algo (y aquí tenemos a su “alter ego”, el “podemita” de la coleta en
la misma línea), ha depurado y sustituido a sus ministros discrepantes, por
otros que le ríen las gracias y le apoyan en esta nueva fase de gobierno “contra
el pueblo”.
La “prueba del nueve” es la que refleja el titular que
les ponemos: su grupo parlamentario no apoya sus nuevas medidas impopulares y
contra la voluntad popular expresada en el referéndum … así que es la oposición
la que le apoya, que es la que defendió el “SI” perdedor en el referéndum.
Grecia ¿país de locos?, nooooooooo, ¡Grecia, país de políticos
tramposos!, y entre los más tramposos están los “podemitas” de Syriza.
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