La noticia no es de las simpáticas de verano, pero cuadra también hacer una reflexión sobre los dislates que se ven en la comunidad internacional, que perfectamente tolera (¡lo ha hecho siempre!) a los regímenes dictatoriales, siempre y cuando las atrocidades las cometan dentro de su país y con sus nacionales … la cosa se pondría un poquito peor si las víctimas fueran nacionales de otros países, cuestión que los dictadores, por un elemental principio de supervivencia, suelen evitar.
Pero de lo fusilar a cañonazos no deja de representar una barbaridad adicional, además del colmo de la ineficiencia (recuerden el sabio refrán español de “matar moscas a cañonazos”, a partir de ahora habrá un refrán norcoreano que rezará: “matar ministros a cañonazos”).
¡Ah!, y lo de asesinar impunemente a los suyos es algo de larga tradición en Corea del Norte y en la saga de dictadores comunistas (el “gordito”, el tal Kim Jong-Un, es la tercera generación), pinchar aquí parar enlazar y obtener información complementaria. Y no estaría de más pinchar aquí también.
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