Sólo aprueba una quinta parte de los vascos que se
presentan al EGA (título que acredita el conocimiento del eusquera, imprescindible
para acceder al empleo público de alto nivel).
Es decir, ni con el señuelo, o estímulo, o coartada, o
chantaje de que “sacar” el título te permitirá coger un puesto de trabajo fijo
en la administración autonómica, los diseñadores de la cosa han logrado motivar
suficientemente a la juventud vasca.
Ni la inmersión en el idioma, ni el sistema educativo
monolingüe vascongado, ni nada … logran que se extienda ni el interés, ni el conocimiento,
ni el uso de la lengua en que soñaban las ovejas vascas, primero, y Sabino Arana,
después.
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