Los españoles de a pie han padecido en estas últimas
semanas gravísimos episodios de incoherencia y de traición en la política
nacional: no se libra nadie, excepto la víctima.
Incoherencia en los “podemitas”, incluso en los
aspectos público-privados de sus líderes, incoherencia de todos los que no “tragando”
al partido socialista han decidido votar a su líder extraparlamentario para
echar a otro al que “tragan” menos, en el conglomerado están los independentista
catalanes, los proetarras vascos y el PNV, por cierto, algo más que
incoherente: sucio, traidor y sin palabra.
El disputado voto del PNV fue, por cierto, el
nudo gordiano. Su traición tenía un precio, el mismo que ya había “sacado” al P.P.,
y, por lo tanto, estaba ya pagado por Rajoy; no se entiende lo que ha hecho, se
sitúa frente a la incertidumbre de intentar mantener lo que ya tenía conseguido
… ¿“tragarán” los de la coalición frankenstein
contra Rajoy?, ¿permitirán que el PNV mantenga los privilegios alcanzados en su
chantaje al P.P.?.
Los
ciudadanos españoles están buscando partido; de momento el único requisito es
que ese partido se comprometa a desmantelar toda posibilidad de que el futuro
de España dependa del nacionalismo separatista y supremacista, ese de las
docenas de apellidos vascos y catalanes. ¿Es “Ciudadanos” la opción?, Albert
Rivera tiene la palabra.
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