El 25 de octubre, día del fetichista y enfermizo Juanjo Ivarreche

El PNV pasó de diseñar y crear a su imagen y semejanza el estatuto de autonomía de Vascongadas, a rechazarlo categórica y públicamente tildándolo como "carta otorgada" (¡hasta ahí llega su incultura política y su afán manipulador!).
Con nuestra región convertida en rehén del PNV, hemos sido (hasta la llegada del Lehendakari López) la única comunidad autónoma española sin día de fiesta oficial ... porque, en realidad, el frenesí nacionalista sólo aceptará festejar el día de la declaración de independencia.
Sin embargo, el 25 de octubre es la fecha clave; tal día como hoy hace 31 años, el nacionalismo festejó el referéndum que (todo hay que decirlo, tuvo escaso apoyo popular en las urnas: participación del 58,8% del censo y un 90,3% de votos afirmativos, o sea, sólo un 53,09 del censo) aprobó la segunda norma institucional básica de nuestra región, pero poco tiempo después comenzó la desafección y, desde hace ya años, de la desafección pasaron al rechazo absoluto.
A pesar de ello, el 25 de octubre es una fecha adecuada para el fetichismo de Ivarreche; para ese día del 2008 tenía fijada la fecha del referéndum que el Tribunal Supremo impidió, y para esa fecha de este año, o sea, para hoy, ha reservado el momento clave de su vida ¿académica?, el licenciado Ivarreche defiende su tesis doctoral. ¿Aprobará?.

Pero como al Juanjo le apetece estar en el candelabro, más que a un tonto un lapicero, nos amenaza con que volverá a los titulares dentro de un mes, cuando se presenten sus "memorias", no sabemos si "oficiales", "oficiosas" o "autorizadas" (como las estarlettes de los caberetes pilladas en bolas en la playa: ¿un "robado", un "posado", un "qué"?); "memorias" que firma alguien que ha oficiado de "negro", pero que cuenta con un texto legitimador del conjunto de la obra: el epílogo está redactado por el mismísimo Juanjo Ivarreche, al que ha puesto como título una de sus obsesiones anticonstitucionales: "El derecho a decidir, la llave de la solución". Suponemos que el éxito de ventas está garantizado, ¿o no?, lo normal es que el propio PNV compre varios miles de ejemplares para distribuir en los bachoquis, sobre todo ahora que no puede imponerlo como libro de texto obligatorio en las escuelas públicas vascas, al estilo de "Mein Kampf" en la Alemania nazi del periodo de entre guerras.