25-O, Fiesta Regional en "Ajuria Enea": perro no come carne de perro

El lector ya conoce la esquizofrenia del NaZionalismo vasco; lo de la fiesta laboral para conmemorar y celebrar el día del Estatuto de Autonomía (o sea, ayer, 25 de octubre) es uno de esos "casus belli" insustanciales y sin sentido.

Veamos: en Vascongadas tenemos el estatuto que quiso el PNV, aunque había otros proyectos, sólo se estudió el del PNV, y fue el del PNV el que salió aprobado, muy superior en todo al de la Guerra Civil, y superior también al modelo de la Constitución de 1978, pero como aún  no existía Tribunal Constitucional, no puedo ser sometido a un examen de legalidad.

El PNV aunque estaba encantado con el resultado conseguido, desde el principio pensó que aun podía "sacar" más, vía excederse en el ejercicio diario de las competencias. Y pronto el estatuto en la praxis nacionalista pasó de ser una larga aspiración finalmente lograda, a un texto despreciable al que tildó de "carta otorgada", y, por supuesto, consideraba ampliamente superado.

Y si el PNV se ha puesto en estas, de los filo etarras ya sabe el lector qué se puede esperar. Despreciaron el Estatuto de Autonomía desde el primer instante, incluso no se presentaban a las elecciones autonómicas o no ocupaban sus poltronas ... en fin, han hecho de todo, hasta ahora que Laurita Mintegui sí va a hacer uso de sus prerrogativas y privilegios. Aunque, por otro lado, los representantes institucionales de Eta-Batasuna-Bildu (Diputación de Guipuzcoa y algunos ayuntamientos de Vascongadas) se cargaron el calendario laboral y acudieron a trabajar en el día de ayer (como por cierto es de suponer que habrán hecho el 12 de octubre y harán en 6 de diciembre).

Pero ¡volvamos al PNV!; ayer nuevamente exhibieron su incoherencia, o cómo jugar con dos cartas: el ex-lejendacary NaCi Ardanza recogió una medalla conmemorativa de la festividad que le entregó el "usurpador" sociata (en la segunda ocasión en que se celebraba), porque, ya saben: "perro no come carne de perro"; mientras tanto el portavoz parlamentario nacionalista (un tal Ercoreca) planteaba la eliminación de la festividad del calendario, ¡cosas veredes, amigo Sancho!.