Era de esperar. El avance de los Presupuestos Generales del Estado para el 2013, en los que uno de cada cinco euros recaudados está destinado a pagar los intereses de la enorme deuda pública que padecemos, no podía sino traernos en cifras la certeza que ya teníamos de que iba a haber un sonoro recorte de todas las demás partidas presupuestarias.
Y claro, ahora nos espera un clamor de todos los que van a tener una merma en el dinero que esperaban recibir, decimos ¡todos! porque aquí no se va a librar ni el apuntador. En los próximos días, semanas y meses veremos los diferentes modos e intensidades de las protestas: los que asaltan supermercados, lo que lo intentan con el Congreso de los Diputados, los pacientes que incrementarán las listas de espera, los que tengan que pagar un poco más por sus medicamentos, los padres que tendrán que preparar la comida de sus hijos colegiales, etc.
Pero, amigos, las televisiones públicas autonómicas, que generan miles de millones de euros de pérdidas, seguirán emitiendo; la docena y media larga de parlamentos y parlamentitos (como las Juntas Generales de los Territorios Forales) que tenemos en España seguirán retribuyendo estupendamente a los miles de bustos no parlantes (pero sí con clavija para votar desde el escaño) que ocupan sus poltronas, etc. etc.
Las dos imágenes de este post proceden de la portada de la edición impresa de El Correo de Bilbao de ayer domingo.
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