Una de las expresiones más huecas, más vacías, en la
política española (de la que la vasca forma parte sustancial) es aquello de
“asumo todas las consecuencias políticas” de … lo que sea; pero la cosa habitualmente suele quedar ahí, en una mera declaración retórica sin más, sin que casi nadie de el siguiente paso.
Francisco Javier López Álvarez o, si lo prefieren, Pachi
López, ha fracasado estrepitosamente; tras casi cuatro años de presidente
regional autonómico vasco ha merecido un sonoro batacazo electoral de la
ciudadanía en los comicios de este pasado domingo.
Además de lo dicho (como dirigente “asumir las responsabilidades”),
debe dimitir por decencia personal y política, y por coherencia: después de ser
el fiel perrillo faldero de Nicolás Redondo Jr. (durante años se dedicó a
llevarle el portafolios y oficiar de chico de los recados), conspiró contra él,
como consecuencia de unos resultados electorales malos, pero que, a la postre, fueron
bastante mejores que los suyos de antesdeayer.
De hecho en las elecciones de 2001 Nicolás mejoró los
resultados de las de 1998: subió en votos, tuvo más votos que Pachi este domingo
y sólo perdió un escaño, frente a los 9 escaños que acaba de perder Pachi … a
pesar de todo lo cual Nicolás Redondo fue forzado a dimitir entre otros por el
tal Pachi López, que, además, le sucedió en el cargo de Secretario General del
partido.
Pachiló, ¡asume de verdad las consecuencias políticas del desastre!, y ¡dimite ya!.
Antonio Basagoiti Pastor es un gran perdedor nato, al margen
de lo que más abajo indicamos sobre sus comparecencias electorales municipales
en Bilbao, debutó en el parlamento regional de Vitoria, como aspirante a
presidente autonómico en las elecciones 2009, en las que perdió 65.000 votos y 2
escaños con respecto a la candidatura de Maria San Gil de 4 años antes. Y este
domingo ha rematado su fracaso (aunque si sigue, continuará empeorando los
resultados, porque él mismo es de lo más “flojito” que tiene el PP vasco),
perdiendo otros 16.000 votos y nada menos que 3 escaños: la suma de pérdidas
que se ha cosechado Basagoiti en tres años y medio ha sido de 81.000 votos y 5 escaños, pasando de 15 a 10, además de ser el PP
tercera fuerza política vasca ha degradado al partido al cuarto lugar, ya sólo
tiene por debajo a UPyD.
Hay también mucho de indecencia personal en la actitud de
Basagoiti con su predecesora (que, por cierto, como ya consta este modesto
rincón del ciberespacio, no era santa de nuestra devoción); Basagoiti fue el
“pelota” máximo de la San Gil , a
quien acompañó, agasajó y aduló todo lo que pudo, pero sólo hasta el instante
en que con un discreto golpe de cadera (en fútbol, con un símil muy del gusto
del personaje, habría sido una “carga reglamentaria”) le empujó al abismo desde
el borde del precipicio.
Decíamos que el “desastre Basagoiti” también había sido un
dechado de fracasos en sus comparecencias electorales al frente de la candidatura
“popular” al Ayuntamiento de Bilbao, entre su primer y el tercer intento de
acceder a la alcaldía de Bilbao perdió 12.000 votos y una concejalía (de 8 a 7), además de perder definitivamente (¿?) el éxito electoral en los distritos del centro de Bilbao, tradicicionalmente votantes mayoritarios del PP; es decir, estancamiento
primero y fracaso para terminar.
Basagoiti, ¡asume de verdad las consecuencias políticas del desastre!, y ¡dimite ya!.
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