Ayer el
Tribunal Europeo de Derechos Humanos, de Estrasburgo, convalidó jurídicamente la ilegalización del partido
NaCi denominado “Acción Nacionalista Vasca”, ANV, que había decretado el
Tribunal Supremo el 22-XII-2008, y ratificado (¡aquella vez sí!) el Tribunal
Constitucional el 22-I-2009.
Observará
el lector que estamos ante hechos sustantivos que se produjeron hace
exactamente (día arriba, día abajo) cuatro años. La justicia española funcionó
con agilidad, la europea lo ha hecho a paso de burra.
Pero lo
importante es que, por entonces, la nuestra actuaba con profesionalidad, rigor
exquisito y sentido de la justicia cumpliendo la ley de partidos e
impidiendo la sucesión etarra mediante la refundación y perpetuación de la
ilegalizada Eta-Batasuna, a través de la creación de nuevas siglas (llevan 20) y
la transferencia a modo de herencia maldita, de unas a otras, de todos sus activos: militantes,
locales, programas electorales y, sobre todo, de una ideología terrorista y
totalitaria.
Pero esta práctica judicial la quebró el
Tribunal Constitucional que conformó ZP, al enmendarle la plana al Tribunal
Supremo y permitir la legalización de Bilbu, autorizando sus 254 candidaturas
para las municipales del 22-V-2011 (votaron a favor Eugenio Gay, Elisa
Pérez Vera, Pablo Pérez Tremps, Luis Ortega
y Adela Asúa Batarrita y el presidente Pascual Sala,
todos propuestos por el PSOE; el resultado fue 6 a 5), a partir de ahí el
“desparrame” ha sido total, y ya tenemos nuevamente a los etarras con miles de
alcaldes y concejales, 7 diputados y 3 senadores en las Cortes Generales
(elecciones del 20-XI-2011) y 21 escaños en el parlamento regional de
Vascongadas, desde las elecciones autonómicas del 21-X-2012.
A la vista de este nuevo pronunciamiento del T.E.D.H. de Estrasburgo sería deseable que algún ilustre jurista analizará sus
argumentos (y los que convalida de nuestro T.S.) para ver la congruencia de la
legalidad de Bildu, Amaiur y Euskal Herria Bildu (EHBildu), obviamente para actuar en consecuencia.
Enlace a la noticia en El Mundo, pinchando aquí encima.
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